
Las políticas públicas basadas en un enfoque humano son fundamentales para combatir el hambre, la marginación y la criminalidad en México, afirmó la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Beatriz Zavala Peniche.
México, 5 Oct (Notimex).- Las políticas públicas basadas en un enfoque humano son fundamentales para combatir el hambre, la marginación y la criminalidad en México, afirmó la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Beatriz Zavala Peniche.
Al clausurar los trabajos de la Conferencia Internacional El Estado de la Seguridad en las Ciudades del Mundo, en el marco de la Celebración del Día Mundial del Hábitat y del Fórum Universal de las Culturas 2007, dijo que la seguridad es un reto social y un reto político que se debe afrontar con toda energía, firmeza y eficacia.
En un comunicado fechado en Monterrey, Zavala Peniche destacó los avances del gobierno federal en la lucha contra la pobreza y la inseguridad, al impulsar líneas de acción que se han planteado en el seno de la ONU para combatir la pobreza urbana.
Entre ellas mencionó la generación de suelo urbano accesible para los más pobres y la regularización de la tenencia de la tierra, entre otras.
Consideró inaceptable que las ciudades, históricamente claves en el progreso económico, de la movilidad social y el fortalecimiento de la democracia, se conviertan en zonas inseguras por la violencia, la delincuencia, y vulnerables ante los fenómenos naturales.
"Coincidimos plenamente con la visión de la ONU en el sentido de que la delincuencia y la violencia en las zonas urbanas fracturan el tejido social, dividen a las ciudades en zonas deterioradas, donde impera la incertidumbre", sostuvo.
Acompañada por la directora ejecutiva de ONU-Hábitat, Anna Tibaijuka, y ante representantes de más de 40 naciones que durante una semana analizaron los grandes retos para superar la marginación, pobreza e inseguridad en las ciudades del mundo, Zavala Peniche puso como ejemplo el Programa Hábitat.
Recordó que dicho programa pretende enfrentar el desafío de la pobreza que afecta a 35.6 por ciento de la población de las zonas urbanas, 23.6 millones de personas, y que impulsa el desarrollo urbano equilibrado.
Esto, mediante la puesta en práctica de acciones que combinan el mejoramiento de la infraestructura y el equipamiento, con la prestación de servicios sociales y acciones específicas de desarrollo comunitario.
De ahí el reto que planteó a los líderes públicos para que asuman cabalmente el compromiso de alentar una mejor planificación de los asentamientos humanos con miras a reducir el delito, proporcionar seguridad en la tenencia de la tierra a los más pobres, y mitigar el impacto del cambio climático.